Durante gran parte de mi vida oré para pedir algo que, creía me faltaba, como paz interior, bienestar físico o material, resolución de algún conflicto familiar o comercial, sanación para mi o para otras personas, conocidas o no. Y así podría continuar enumerando infinitos motivos que ameritaban una plegaria…una plegaria basada en la ilusión de separatividad, entendiendo separatividad como si fuera un ser separado de mi Creador. Una plegaria impregnada de ego material y ego espiritual. Una plegaria enfocada en el afuera. En mi búsqueda me encontré muchas veces, recorriendo templos pertenecientes a diferentes sistemas de creencias y, me sorprendía ver personas adorando imágenes de yeso, de papel, de metal o repitiendo plegarias ante impresionantes murales. Y entonces me preguntaba… ¿no estaremos buscando y orando en el lugar equivocado? ¿Para qué esta plegaria? ¿Para mi ego? ¿No sería mas sincero de mi parte orar para re-encontrarme con mi Ser de Luz? Si he sido creada a imagen y semejanza de mi Creador, no será que la plegaria tendrá que estar dirigida hacia mi interioridad. El sonido crea la materia, la plegaria es sonido… entonces… ¿qué les parece si oramos para romper las cáscaras que cada uno de nosotros fuimos construyendo y que nos han alejado de nuestra luz primigenia?
Es una elección, aquí el camino una vez más nos muestra dos alternativas, o dirijo mi plegaria para pedir que me vengan a salvar o me hago cargo de mi mismo y entonces mi plegaria estará ungida de humildad y aceptación de mis errores. En la luz está todo aquello que creemos que nos falta, en la luz podremos reconocer nuestras miserias para transformarlas en agradecimiento y alabanza al Creador. Me invito y los invito a hacer silencio y…simplemente escuchar que es lo que El me quiere decir que no estoy escuchando por estar tan afuera de mi enredado y distraído con las cosas de este mundo.
Unidos y alineados con nuestro Creador se va desvaneciendo poco a poco el velo que de El nos separa, se disuelven los egos, ya no hay ofensa, ni ira, ni deseo de venganza, ni pobres ni ricos ni celos ni envidia…Sólo amor incondicional…amor que no juzga…acepta las visitaciones que nos trae la vida, que son una manifestación divina, porque yo también una manifestación de lo divino…y así…amando cada instante de mi vida iré regresando a mi hogar El Río de Luz, La Sagrada Nada y quizá…en algún tiempo llegarán a su fin mis ciclos de Tikun Olam
Con amor y Luz Yo soy otro Tú
miércoles, 26 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario