La “vida antes de nacer”, abarca desde el momento de la concepción, hasta el día del nacimiento. Este período, es de suma importancia, porque el bebé
graba e internaliza todos los pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas que experimenta la madre, condicionando así su vida futura.
Esto se debe, a que en esta etapa se está formando el cerebro inconciente del niño. La primera claridad recién ocurre entre los 2 y 3 años, que es cuando el cerebro termina de formarse y el niño sí puede comenzar a diferenciarse del otro. Por este motivo, todas las vivencias de la madre, las absorbe como propias.
La experiencia “intrauterina” definitivamente nos condiciona para bien o para mal. Si la mamá está deprimida, asustada o sufre algún tipo de shock o trauma, todo esto afecta directamente al bebé.
La Terapia de Regresión, nos brinda la oportunidad de descubrir y liberar todos esos condicionamientos adquiridos, para acceder a una vida más plena.
Silvia R. Amar
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